jueves, 22 de septiembre de 2016

Sintaxis de la oración compuesta y compleja.

En un texto anterior nos hemos referido a la oración simple. Se caracteriza ésta por construirse en torno a un núcleo constituido por el único verbo que puede aparecer en ella: en la oración simple sólo hallaremos un verbo conjugado. Cuando comparecen dos o más formas verbales debemos hablar de oraciones compuestas y complejas.


La oración compuesta.-

Utilizamos la expresión oración compuesta para referirnos a oraciones en las que identificamos dos o más verbos sin que ninguno de ellos esté subordinado o dependa de otro elemento. La oración compuesta no es otra cosa que el resultado de la unión de dos o más oraciones simples mediante conjunciones1: de estas oraciones simples decimos que están coordinadas. Así:
A. “Pedro es simpático, pero no me gusta su trabajo”.
B. “Viajó durante su juventud y descansó al envejecer”.
En negrita aparecen marcados los verbos y las conjunciones, características esenciales de la oración compuesta, que no supone ninguna novedad ni plantea ningún problema nuevo ya que lo que estamos analizando ahora siguen siendo oraciones simples.


La oración compleja.-

Se distingue este tipo de oraciones del anterior en el tipo de relaciones que se establece entre las formas verbales presentes en ellas: mientras que en las compuestas las relaciones son de coordinación, en las oraciones complejas las relaciones son de subordinación. De este modo, en las oraciones complejas podemos identificar un único verbo principal en torno al cual se construye la oración. Los demás verbos que puedan aparecer estarán subordinados al verbo principal o a otros elementos de la oración, constituyendo lo que se llama una oración subordinada. De acuerdo con la función sintáctica que realice o, más exactamente, de acuerdo con el elemento por el que pueda ser sustituida, la oración subordinada será sustantiva, adjetiva o adverbial.

La oración subordinada sustantiva: identificaremos como tales aquellas oraciones subordinadas que realicen una función propia del sintagma nominal, como sujeto, complemento directo, complemento indirecto, etc. Los elementos encargados de subordinar al verbo y permitirle realizar estas funciones sintácticas son los siguientes:
- La conjunción subordinante que: “Me dije que no merecía la pena la discusión”; la subordinada sustantiva realiza aquí la función de CD (“Me lo dije”). “Les gusta que esperemos aquí”; en este caso la subordinada lleva a cabo la función de SUJ (“Eso les gusta”).
- El relativo quien, quienes y sus equivalentes “artículo + pronombre relativo que” [el que, la que, lo que, los que, las que]: “Siempre preguntaba quien no lo necesitaba” [“Siempre preguntaba el que no lo necesitaba”]; en ambos casos la subordinada desempeña la función de SUJ (“Siempre preguntaba él/ella”). “Hicimos presidente a quien menos lo merecía” [“Hicimos presidente al que menos lo merecía2]; la función realizada en estos ejemplos es la de CD (“Lo hicimos presidente”).
- El si no condicional: “Todavía no sabemos si participaremos en ese torneo”; la subordinada sustantiva funciona aquí como CD (“Todavía no lo sabemos”). Hemos de fijarnos en el hecho de que este “si” no expresa condición alguna, de ahí su nombre.
- Los relativos tónicos [quién, dónde, cuánto, cómo, cuándo, qué]: veamos los siguientes ejemplos en los que todas las subordinadas realizan la función de CD: “Juan preguntó quién era” (“Juan lo preguntó”); “Nunca supe dónde vivía” (“Nunca lo supe”); “No le digas cuánto ganaste” (“No se lo digas”); “Supo demasiado tarde cómo habían conseguido la victoria” (“Lo supo demasiado tarde”); “Ignoro cuándo se casaron” (“Lo ignoro”); “Por fin averigüé qué deseaban” (“Por fin lo averigüé”).
Si aceptamos que todos los ejemplos que hemos propuesto equivalen a un sustantivo o a un pronombre, hemos de aceptar también que estas mismas subordinadas pueden verse afectadas por los mismos elementos que actúan sobre aquéllos, fundamentalmente las preposiciones. De este modo si es habitual encontrarnos con una oración simple como ésta: “El perro de ese muchacho está enfermo”, podemos pensar en una oración compleja como la siguiente: “El perro de quien tú sabes está enfermo”. Es decir, que allí donde comparezca un sustantivo o un pronombre podemos encontrar una subordinada sustantiva.


La oración subordinada adjetiva: este tipo de oraciones se define por su equivalencia con el adjetivo o, lo que es lo mismo, por realizar funciones sintácticas propias del sintagma adjetivo y, más exactamente, la función de AN. Siempre encontraremos un relativo (pronombre, adjetivo o adverbio) como responsable de la subordinación.
- El pronombre relativo que es el más habitual. Se considera pronombre a este elemento porque realiza una función sustantiva respecto al verbo que subordina. Así, en “Ese primo que vino contigo parece inteligente”, el “que” permite a “vino contigo” funcionar como AN de “Ese primo”, pero, además, es el sujeto de “vino”. Esto es así porque se considera que “que” realiza la misma función sintáctica que llevaría a cabo su antecedente3 respecto al verbo subordinado. En este caso el antecedente de “que” sería “Ese primo”, de modo que si en lugar de “que” apareciese “Ese primo” (“Ese primo vino contigo”), realizaría la función de SUJ, de lo cual deducimos que esa misma función es la de “que”.
- El adjetivo relativo cuyo: éste elemento ha sido relegado a la lengua escrita y es bastante extraño su uso en la lengua oral. Nos referimos a él como adjetivo por ser de este carácter la función sintáctica que realiza dentro de la oración subordinada. Veamos un ejemplo: “Compró una novela cuyo autor es belga”. En este ejemplo, la subordinada adjetiva, “cuyo autor es belga”, funciona como AN de “novela”; dentro ya de la subordinada, “cuyo” realiza la función de AN de “autor”, con el cual concuerda en género y número.
- El adverbio relativo donde: los mismos motivos planteados para “que” y “cuyo” explican el que nos refiramos a “donde” como adverbio. Al igual que los dos anteriores se utiliza para subordinar adjetivamente a un verbo, pero en este caso “donde” realiza una función adverbial respecto al verbo por él subordinado. De este modo en “Compraría la casa donde nací”, “donde nací” funciona como AN de “la casa”, y “donde” realizaría la función de CC respecto a “nací”.


La oración subordinada adverbial: tradicionalmente se entiende por subordinada adverbial aquélla que realiza la función de CC. Sin embargo, si tenemos en cuenta los análisis hecho de oraciones simples recordaremos que no son pocos los casos en los que un sustantivo, un pronombre o un infinitivo realiza esta función, de lo cual hemos de concluir que no siempre que identifiquemos una subordinada funcionando como CC hemos de referirnos a ella como subordinada adverbial, puesto que es posible que se trate de una subordinada sustantiva. Veamos algunos ejemplos:
-A. “Todavía vivo donde me conociste”; “Todavía vivo allí”.
-B. “El negocio salió como yo suponía”; “El negocio salió así”.
-C. “Cambió de país cuando acabó la guerra”; “Cambió de país entonces”.
En estos tres casos encontramos oraciones subordinadas que realizan la función de CC, pero que además serían sustituibles por adverbios.
-D. “Aquí trabajamos para que viváis mejor”; “Aquí trabajamos para eso”.
-E. “Me voy porque ya no te aguanto”; “Me voy por eso”.
También en estos dos casos nos encontramos con subordinadas que realizan la función de CC, pero que no pueden ser sustituidos por adverbios, sino que son sustituidos por “preposición + pronombre”. Por este motivo consideramos más aceptable la denominación “subordinadas circunstanciales” y no “adverbiales”.
También hemos de considerar como subordinadas adverbiales a aquéllas que realicen las funciones de AADJ o AADV, funciones sintácticas propias del SADV. Así, por ejemplo serán adverbiales las subordinadas señaladas con negrita en los siguientes ejemplos:
-F. “Se instaló cerca de donde vivo yo” [AADV].
-G. “Es tan fuerte como decía el periódico” [AADJ].
1En español podemos identificar como conjunciones de coordinación las siguientes formas: y, e, ni, o, sino, pero, mas, aunque, pues, luego. Dispone la lengua, también, de un número no pequeño de locuciones conjuntivas como bien bien, ora ora, etc.
2Observemos que, en estos casos, el uso de “artículo + que” nos permite distinguir el género, cosa que no permite “quien”. Quizá a eso se deba el uso casi generalizado de esta combinación en detrimento de “quien”.

3Se llama antecedente al sustantivo o pronombre al que se refiere “que” y del que toma su significado, y que, a menudo, suele aparecer inmediatamente antes.

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