miércoles, 1 de febrero de 2017

Lírica primitiva española.

1.- Introducción.

La literatura española es el resultado inevitable de la aparición de realidades lingüísticas nuevas (esencialmente las lenguas romances). La realidad cultural nos enfrenta a una población analfabeta en su mayoría, que habla lenguas llamadas vulgares y que en ellas elabora sus canciones y construye sus relatos.
La primera manifestación literaria en lengua romance parece ser de carácter lírico puesto que así parece razonable considerar las canciones de todo tipo que cualquier cultura labra en su propia lengua. De ahí que la llamada lírica tradicional sea la que nos proporciona testimonios más añejos del cultivo estético de las lenguas romances. La lírica tradicional o mejor, la lírica primitiva, puede dividirse en dos grandes grupos: uno de carácter culto (las cantigas de amor y las cantigas de escarnio y maldizer gallego-portuguesas, junto con la lírica catalano-provenzal) y otro de carácter popular, más antiguo (como las jarchas arabigo-andaluzas, las cantigas de amigo gallego-portuguesas y los villancicos castellanos).
Si nos fijamos ahora en la situación geográfica, debemos distinguir cuatro núcleos: el arábigo-andaluz, el gallego-portugués, el catalano-provenzal y el castellano.

2.- La lírica arábigo-andaluza: las jarchas.
En la península conquistada por los musulmanes se cultivan dos tipos de composiciones poéticas: la “qasida”, que pertenece a la tradición clásica, es un tipo de poema no estrófico compuesto por versos monorrimos en consonante; el “zéjel” y la “moaxaja”, propios de la cultura hispanoárabe, ambos estróficos, de rimas consonantes y asonantes: el primero se escribe en lengua árabe vulgar, con introducción de algunas palabras mozárabes, mientras que el segundo, que parece combinar lo clásico y lo popular, está escrito en árabe clásico y aparece rematado por unos versos en lengua popular, árabe o mozárabe. Estos versos son los que hoy se conocen como “jarchas”.
Se atribuye a Muqaddam (o Muhammad), poeta que recogía versos del pueblo y construía sus poemas sobre ellos, la invención de la moaxaja en torno al año 900. De este modo se nos sugiere que la jarcha constituye el núcleo sobre el que se construye la moaxaja o, dicho de otro modo, los versos populares constituyen la esencia del texto y los versos cultos no son más que un desarrollo de aquéllos al modo de las glosas.
Así pues, los primeros testimonios de literatura en lengua romance están compuestos en dialecto mozárabe (en la zona peninsular ocupada por los musulmanes, pero en la que existen comunidades cristianas cuya lengua materna es un dialecto del latín). Las jarchas tienen un carácter popular, como lo prueba el hecho de que una misma jarcha aparece en moaxajas de distintos poetas con ligeras variantes. Casi todas ellas giran en torno al amor femenino: expresan el anhelo de una doncella en la ausencia de su amante, el dolor de su partida o infidelidad o, en ocasiones, el júbilo ante su presencia. El paisaje es urbano, no rural. Veamos algunos ejemplos:
Tant' amare, tant' amare,
habibi, tant' amare!,
Enfermeron welyos gayados,
ya duelen tan male.”

¿Qué faré, mamma?
Mieo al-habib est' ad yana.”
La más antigua de las jarchas puede fecharse en el siglo XI, pero dada su naturaleza y los aspectos que acabamos de comentar, parece razonable localizarlas en siglos anteriores.
En cualquier caso hemos de agradecer a los poetas hispanoárabes e hispanohebreos cultos el haber recurrido a estas cancioncillas para su actividad literaria, ya que de no ser así probablemente se hubieran perdido. Además hemos de concluir aquí que una cosa es la realidad literaria popular y otra muy distinta la posibilidad de fecharla con rigor, ya que siempre hemos de recurrir a los testimonios escritos cuyos intereses se corresponden, a menudo, con la literatura culta.

3.- La lírica galaico-portuguesa.
La postulación del sepulcro de Santiago de Compostela como el del apóstol Santiago, santo patrón de España, en el siglo IX, creó una corriente económica, política y cultural hacia Galicia que explica la influencia de la literatura provenzal (sur de Francia) en la gallega. El poeta galaico-portugués más antiguo del que tenemos noticia es Joao Soares de Paiva (nacido en 1141), pero los textos de este y otros autores posteriores están recogidos en cancioneiros que datan del siglo XV. Volvemos a enfrentarnos con el mismo problema que reencontraremos al tratar la lírica castellana: una cosa es cuándo puede fecharse una obra y otra cuándo tenemos constancia escrita de la misma. En el caso que nos ocupa la labor se ve facilitada por tratarse de poetas conocidos y así poder establecer una época concreta para su obra; muy distinto es el caso de la poesía popular, de autor desconocido, ya que sólo podemos remitirnos al texto conservado o a la especulación.
Las composiciones de la lírica galaico-portuguesa pueden clasificarse en tres grandes grupos: las cantigas de amor, las cantigas d'escarnho y las cantigas de amigo. Las dos primeras están relacionadas con la lírica provenzal, mientras que la tercera parece de inspiración popular y mantiene cierta relación con las jarchas y los villacincos castellanos.
En las cantigas de amor los caballeros se lamentan del desdén de la amada o de los rigores de su ausencia. Esta composición estaría relacionada con la canción provenzal, de asunto amoroso. Sirva como ejemplo el poema de Bernal de Bonaval:
A dona que eu amo e teño por seño
amostradema, Deus, se vos en pracer for,
senon, dadema morte.
A que teño eu por lume destes ollos meus
e por que choran sempre, amostradema, Deus,
senon, dadema morte.
Esa que Vos fecestes mellor parecer
de quantas sei, ¡ai Deus!, facedema veer,
senon, dadema morte.
¡Ai, Deus!, que ma facestes mais ca min amar,
mostradema u posa con ela falar,
senon, dadema morte.
Las cantigas d'escarnho se relacionan el sirventés provenzal, texto de intención satírica. Aquí el poeta satiriza a personajes principales, a poetas rivales, a damas casadas o a doncellas. Así, Pedro da Ponte escribió:
¡Morto e Don Martin Marcos! ¡Ay, Deus, se e verdade!
Seica, se ele e morto, morta e torpidade,
morta e bavequia e morta neiscidade,
morta e cobardia e morta e maldade.
Se Don Martiño e morto, sen prez e sen bondade,
oimais, maos costumes, outro señor catade;
mais non o hacharedes de Roma ata a cidade.
(Se tal señor queredes, allur lo demandade!
Pero un cabaleiro sei eu, par caridade,
que vos axudaria toller del soidade;
mais ¿queredes que vos diga ende ben a verdade?:
Non e rei nen conde, mais e outra potestade
que non direi, que non direi, que non direi.
La cantiga de amigo es una composición puesta en boca de una joven enamorada que llora la ausencia del amado y nos propone su dolor en forma de confidencias a su madre o a sus amigas, o dialogando con los pájaros o los árboles. Pedro Meogo escribió:
-Digades, filla, mia filla belida:
¿por que tardastes na fontana fría?
-Os amores hei.
-Digades, filla, mia filla louçana:
¿por que tardastes na fria fontana?
-Os amores hei.
Tardei, mia madre, na fontana fria;
cervos do monte a auga volvian.
-Os amores hei.
Tardei, mia madre, na fria fontana;

cervos do monte volvian a auga.
-Os amores hei.
-Mentis, mia filla, mentis por amigo;
nunca vi cervo que volvese o rio.
-Os amores hei.
-Mentis, mia filla, mentis por amado;
nunca vi cervo que volvese o alto.
-Os amores hei.
4.- La lírica catalano-provenzal.
Esta escuela se conoce en realidad como lírica provenzal e influyó de manera notable en la lírica galaico-portuguesa. Guillermo de Poitiers, duque de Aquitania, que vivió de 1071 a 1126, es el primer trovador de nombre conocido. Características de este poesía son su artificiosidad y su refinamiento, la idealización de la mujer, la complicación y variedad de su métrica, y el rebuscamiento en la expresión. Se trata, en definitiva, de una poesía ya culta, alejada de la senda popular por la que transitan otras muestra tempranas de la lírica europea, como las jarchas o las cantigas de amigo.
Sus géneros principales son la canción, de asunto amoroso; el serventesio (o sirventés), de intención satírica; y la tensó, disputa o partiment, donde los poetas contendían entre sí en torneos verbales sobre los más variados temas.
Un ejemplo de la obra del arriba citado Guillermo de Poitiers:
Qual pro i auretz, dompna conja,
si vostr'amors mi deslonja?
Par que-us vulhatz metre monja!
E sapchatz, quar tan vos am,
tem que la dolors me ponja,
si no.m faitz dreg dels tortz q'ie.us clam.
Esta poesía se introdujo en Cataluña durante el reinado de Alfonso II (1162-1196). Muchos autores nacidos en Cataluña aprenden provenzal para escribir sus poemas y de ahí el epígrafe que le hemos dado a esta parte, ya que puede considerarse esta lírica provenzal como la más primitiva cultivada en esta parte de España. Un poeta catalán, Ponç de la Guàrdia escribe:
A Deu coman tot cant reman de sai;
ploran m'en part, car las domnas am nems.
Tot lo pais, de Salsas tro a Trems,
salv Deus, e plus cel on midons estai.



5.- La lírica castellana.
Estrictamente hablando, la lírica primitiva castellana debe ceñirse a los villancicos que, salvo excepciones, no constan por escrito hasta finales del siglo XV o ya en el XVI. Sin embargo, como ya hemos escrito, no parece razonable pensar que una lengua en expansión y con un número no despreciable de hablantes no haya producido canciones populares (recordemos las jarchas, productos literarios de unos dialectos domésticos en un contexto en el que es otra la lengua dominante). En consecuencia hemos de suponer que la lírica tradicional castellana no es menos antigua que las demás manifestaciones peninsulares, pero lo cierto es que no tenemos constancia escrita de su existencia hasta fechas tardías.
Consta el villancico de dos partes: el estribillo -dos, tres o cuatro versos iniciales- que se repite al final de cada estrofa, y la glosa, estrofas que desarrollan el tema propuesto por el estribillo. Sin embargo, encontramos no pocos ejemplos de la lírica primitiva castellana en los que no encontramos esta estructura. Los villancicos son poemas amorosos en los que el interlocutor es una doncella, si bien, en un estadio de la tradición más tardío y complejo, su asunto puede estar constituido por el amor de un hombre. El tema más frecuente es el del amor desdichado, lamentándose la mujer de la ausencia de su amante, como podemos comprobar en este ejemplo:
Estas noches atán largas
para mí
no solían ser así.
Solía que reposaba. Agora que sé
las noches con alegría,
y el rato que no dormía
en sospiros lo pasaba:
mas peor está que estaba;
para mí
no solían ser así.
Pero también son tratados otros asuntos como el de la muchacha que protesta ante la idea paterna de que profese como monja:
¿Agora que sé de amor
me metéis monja?
¡Ay Dios, qué grave cosa!
Agora que sé de amor
de caballero,
¿agora me metéis monja
en el monesterio?
¡Ay Dios, qué grave cosa!.









-



Arábigo-andaluza

Galaico-portuguesa



Castellana

Catalano-provenzal



Nombre

Jarcha

Cantiga de amigo

Cantiga de amor

Cantiga de escarnho

Villancico

Canción

Sirventés

Disputa

Lengua

Mozárabe

Gallego-portugués



Castellano

Catalán



Carácter

Popular

Popular

Culto

Culto

Popular

Culto

Culto

Culto

Autor

Anónimo

Conocido

Conocido

Conocido

Anónimo

Conocido

Conocido

Conocido

Tema

Amoroso

Amoroso

Amoroso

Satírico

Variado

Amoroso

Satírico

Variado

Narrador

Mujer

Mujer

Hombre

Hombre

Mujer/Hombre

Hombre

Hombre

Hombre






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